lunes, 13 de julio de 2020

COVID19: FRATERNIDAD SIN FRONTERAS EN EL CONGO Y CAMERÚN




Toda la ayuda que nos hagáis llegar será bienvenida para poder mantener vivos a los niños, mujeres, enfermos y ancianos de las zonas en las que estamos trabajando. GRACIAS POR VUESTRA AYUDA.


CONGO

En la República Democrática del Congo, el coronavirus se está extendiendo muy rápidamente. Pero el ritmo de vida de la gente no ha cambiado. La gente está muriendo, pero no es capaz de seguir las reglas. 


¿Cómo podemos confinar a las personas que no tienen agua potable en las casas? ¿Gente que se ve obligada a viajar kilómetros para buscar agua? Sólo estamos hablando de agua, pero ¿qué pasa con la comida? La población congoleña ha vivido en la miseria durante décadas.

Hay familias que pasan 3 o 4 días sin encender el fuego, porque no tienen nada que preparar. El Congo tiene niños desnutridos, que se mueren de hambre. Cuando se dice que los padres salen desde la mañana para conseguir algo de comer para su familia, no se dice que siempre encuentren algo. 

Nuestro gobierno que no es capaz de asegurar el mínimo en tiempos de pandemia y la gente vive como si no hubiera coronavirus. Todos los días hay violencia en las calles porque la población tiene hambre y está cansada de tanta injusticia, tanta guerra y tanta miseria.

Respecto al orfanato, es la misma situación, no recibimos nada del estado, nos las apañamos como siempre ha sido. El sufrimiento es muy, muy fuerte. No usamos mascarillas porque tenemos que comprarlas, no tenemos dinero para comer, tampoco tenemos dinero para comprar mascarillas. Lo siento, amigos de Fraternidad Sin Fronteras, pero es difícil.


CAMERÚN


Camerún contabiliza 14.916 personas confirmadas de coronavirus (a 9 de julio 2020). En este momento hay 359 personas fallecidas.

En la zona donde tenemos el programa de apadrinamientos, de momento, la pandemia no está haciendo mucho daño, nos comenta el Padre Bertrand. Si fuera el caso, sería imposible salir adelante por la situación económica y hospitalaria que sufrimos habitualmente. Esperemos que pase pronto.

En todo caso, y respecto al confinamiento, si se le dice que se quede confinada en casa a una señora que justo sobrevive porque vende unos pocos tomates al día en una carretera, la estás abocando a la muerte. Da igual que sea por hambre que por coronavirus.

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