El colegio ST. Francis: La excelencia educativa para los más pobres
Las aulas, provistas con lo más básico, contienen 70 alumnos cada una.
St. Francis es una escuela de secundaria situada en Lare (Nakuru) en una zona rural muy deprimida. Los hermanos franciscanos que residen junto a ella se ocupan, entre otras labores, de apoyar a todas las familias de la zona. Su lema es muy simple: los pobres tienen derecho a una escuela digna y a una educación de calidad que les pueda proporcionar el estándar necesario para llegar hasta lo más alto en sus estudios. Serán ellos los que irán transformando esta comunidad con su saber hacer y con su saber ayudar a los demás.
En muchas ocasiones los hermanos han recibido la sugerencia de hacer de esta escuela de día un internado. Ellos, con gran acierto, han continuado manteniéndola así porque de otro modo quedaría inaccesible a las familias tan humildes de la zona y vendrían alumnos de otros lugares y de otras poblaciones más pudientes atraídos por la buena fama que tiene esta escuela. Como las casas de las familias no tienen luz ni agua, St. Francis se mantiene abierto para que los chavales puedan estudiar hasta las 9 de la noche. La luz proviene de un generador ya que los cortes de luz son muy frecuentes a lo largo del día. Los chicos y chicas estudian sin supervisión, ALGO IMPENSABLE en cualquier instituto de España.
Es un colegio lleno de estudiantes que tienen todas las dificultades del mundo para estudiar tanto en sus familias como en sus casas y no están dispuestos a desaprovechar la oportunidad de poder estudiar en St. Francis y buscarse un futuro que les permita salir adelante, tanto a ellos como a sus familias y a la comunidad de Lare.
¿Recordáis el Proyecto de las bicicletas? Pues aquí las tenéis. Las cuidan como oro en paño y son tremendamente útiles.
Las cajas se abrieron y la alegría reinó!!!
Repartiendo las compresas a las chicas de St. Francis.
Al hacer la entrega de balones incidimos en la importancia del trabajo en equipo como factor clave para el éxito. APLAUSOSSSSSS!!!
Hoy han ondeado las dos banderas juntas. Dos países, un solo corazón.
Estos son los chicos y chicas de St. Francis Secondary School que están apadrinados. Se les veía felices, casi sin poder articular palabras por su profunda emoción. Jamás pensaron que podía llegar este día. Mario y Lourdes les han llevado los mejores deseos de cada uno de sus padrinos y madrinas. Mañana estaremos con cada uno para hablar un ratico.
UN DÍA MUY FELIZ.
Ahora toca el regreso a Lare puesto que hemos venido a Nakuru para ver al Obispo y comentar el siguiente proyecto en contra de la MGF (mutilación genital femenina) en el que también va a implicarse la diócesis de Nakuru y la Parroquia de la división de Lare. Nos espera un largo camino sin carretera.
Mr. Philip Wanjohi, director de St. Francis
ONG FRATERNIDAD SIN FRONTERAS se siente muy orgullosa de los apadrinamientos de St. Francis que están permitiendo recibir esta educación integral y excelente a estos chicos y chicas que están aprovechando la beca al máximo y que sienten una inmensa GRATITUD hacia todos sus padrinos. Os transmitimos todo su AMOR por vosotros y todas sus ORACIONES para que el Señor os colme de todas sus bendiciones. Y no solo ellos, sino también queremos que recibáis el más afectuoso de los saludos de sus familias junto con su permanente expresión: ASANTE SANA (MUCHÍSIMAS GRACIAS).Con Myriam
Josphat
Peter, super contento con su camiseta de España.
John
Peris y Teresiah en casa del párroco, emocionadas.
Jane, enseñándome como coger la cabra para hacerme una foto con ella.
Aquí os dejamos unas fotos de estos momentos que hemos pasado tanto con los chicos como con sus familias, todas ellas situadas LA POBREZA MÁS ABSOLUTA Y LA MISERIA.
Myriam
Teresia
Benjamin
Peter Kamwaro
El acceso a cada hogar familiar no es simple.
Los chicos tienen grandes distancias por campos, montes y caminos para ir a la escuela y para volver a casa.
Esta chica apadrinada, Peris, quería a toda costa que fuésemos a su casa para que su familia nos conociera. Por fin, tras grandes esfuerzos con el coche por la lluvia caida, logramos llegar. Valió la pena poder abrazar juntas a una madre y a una hija tan especiales y saludar al resto de la prole fue un privilegio.