En Kenia, donde 3.75 millones de personas están afectadas por la sequía, FRATERNIDAD SIN FRONTERAS hizo llegar el verano pasado una campaña de alimentos de emergencia. A continuación se llevó a cabo el proyecto "Déjame vivir" con la financiación de semillas de maíz y fertilizantes para alimentar a más de 500 personas durante un año.
Este pasado febrero se plantaron las semillas pero el tiempo no nos ha acompañado y la sequía ha impedido que la cosecha fuese más productiva. La esperanza de ver disminuir la desnutrición y la hambruna entre la población de Nakuru-Lare sigue siendo un reto.